El cachas velludo del pelo rizado de la foto 03, me recuerda a un griego que conocí en el tour de Atenas. Era el guía de nuestra escursión encargado de enseñarnos todas las maravillas atenienses. Ese mismo día empezó a poner atención en mí esplicandome más cosas y más detalladamente. Por la noche fuimos a las tabernas a bailar eso que llaman el Sirtaki o algo parecido, en ese baile suelen bailar hombres con hombres y mujeres con mujeres, algo así como un baile más hecho para espresar la amistad. Él enseguida uso ee pretesto para convertirme en su pareja. sus hermoso ojos negros centelleaban cada vez que me miraba, cuando terminamos de bailar me ofreció un vaso de vino de Corinto, le respondí al probarl es delicioso sentir el fuego de este riquisimo vino. Es como mi sangre, la sangre de los griegos. REgresamos al hotel y todo normal hasta el día siguiente. Al día siguiente visitando el puero del Pireo se acercó por fin y me preguntó que tal la noche anterior, yo respondí agotado pero he dormido muy bien, yo contestó, he dormido mal, mi sangre estaba caliente y mi cuerpo bravo, por culpa tuya. En un descuido, aprovechando un momento en que estaba tomando unas fotos entre dos naves, me besó en la boca, mientras me sujetaba entre sus brazos, no tuvo que hacer mucha fuerza yo estaba rendido ante tan maravilloso macho. Aquella noche pudo enfriar su sangre y calmar la bravura de su cuerpo. Aquella noche la pasó en mi habitación hasta dos horas antes que se pasó a la suya. Fue una primera noche como yo pocas recuerdo haber pasado. Tuvo tiempo para disfrutar de todo mi cuerpo recoriéndolo con manos y lengua. Toda aquella hombria remató su faena con tres esplendidas sodomizaciones, me hizo disfrutar al limite con aquel hermoso pollón bombeandome a lo largo de la noche hasta provocarme tres orgasmos demoledores. Fueron siete días de pasión griesa inolvidables. Podeis imaginaros que eso no fue una novedad. Para ellos enamorar y disfrutar de algún turista del que se encaprichen o vean más predispuesto,sea hombre o mujer, es habitual entre los griegos dedicados al turismo.
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El cachas velludo del pelo rizado de la foto 03, me recuerda a un griego que conocí en el tour de Atenas. Era el guía de nuestra escursión encargado de enseñarnos todas las maravillas atenienses. Ese mismo día empezó a poner atención en mí esplicandome más cosas y más detalladamente. Por la noche fuimos a las tabernas a bailar eso que llaman el Sirtaki o algo parecido, en ese baile suelen bailar hombres con hombres y mujeres con mujeres, algo así como un baile más hecho para espresar la amistad. Él enseguida uso ee pretesto para convertirme en su pareja. sus hermoso ojos negros centelleaban cada vez que me miraba, cuando terminamos de bailar me ofreció un vaso de vino de Corinto, le respondí al probarl es delicioso sentir el fuego de este riquisimo vino. Es como mi sangre, la sangre de los griegos. REgresamos al hotel y todo normal hasta el día siguiente. Al día siguiente visitando el puero del Pireo se acercó por fin y me preguntó que tal la noche anterior, yo respondí agotado pero he dormido muy bien, yo contestó, he dormido mal, mi sangre estaba caliente y mi cuerpo bravo, por culpa tuya. En un descuido, aprovechando un momento en que estaba tomando unas fotos entre dos naves, me besó en la boca, mientras me sujetaba entre sus brazos, no tuvo que hacer mucha fuerza yo estaba rendido ante tan maravilloso macho. Aquella noche pudo enfriar su sangre y calmar la bravura de su cuerpo. Aquella noche la pasó en mi habitación hasta dos horas antes que se pasó a la suya. Fue una primera noche como yo pocas recuerdo haber pasado. Tuvo tiempo para disfrutar de todo mi cuerpo recoriéndolo con manos y lengua. Toda aquella hombria remató su faena con tres esplendidas sodomizaciones, me hizo disfrutar al limite con aquel hermoso pollón bombeandome a lo largo de la noche hasta provocarme tres orgasmos demoledores. Fueron siete días de pasión griesa inolvidables. Podeis imaginaros que eso no fue una novedad. Para ellos enamorar y disfrutar de algún turista del que se encaprichen o vean más predispuesto,sea hombre o mujer, es habitual entre los griegos dedicados al turismo.
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